que sea el ultimo día de libertad....[libre]

Era lo único que pensaba en ese momento, ni siquiera veía por donde iba, ni menos como las personas reaccionaban a el (por su pelo o quizás sus ojos), sus vendedores le dejaron tener un día "libre", incluso le dieron dinero, mintiéndose a ellos mismos, pensando que era por algo bueno, Calt solo sonrió y asintió. Los odiaba, como odiaba a todos los amos que lo abandonaron..... ¿por qué?, ¿miedo a que era distinto, diferente?

-pensaron que se iban a deshacer de mi....-dijo por lo bajo, pero de inmediato volvió a sonreír, recordando cuantas veces trataron de que escapara, inútilmente: por que Calter no quería libertad, solo un buen amo; no conocía y ni quería otra vida.

Llego a una parte muy alejada de la ciudad, apenas se veía un alma, de inmediato se sienta en una esquina y se pone la capucha, mientras sacaba algo escondido de ella: un libro, uno de sus favoritos, el que mas robaba a los incultos de sus vendedores. Lo encontraba irónico, trataba sobre un grupo de humanos que iban al espacio y descubrían toda una civilización de dragones mas avanzados que ellos, luchaban entre si y, finalmente, vencieron los dragones. Encontraba irónico que ellos (o nosotros) ya escribieran tantas veces su perdición y en solo unos años fuera verdad.

-Así que la vida ya esta escrita- casi grito, rie lentamente y después comienza a leer, pensando que nadie lo molestaría ahí..........


espero haber empezado bien :3.... y que me respondan

Me encontraba caminando en las calles de Wichtig con las manos ocupadas por las bolsas de las compras, ya que no salgo mucho debo llevar lo suficiente para un par de semanas y así no tener que volver a mostrar mi rostro a la gente por un rato más. Hacía algo de calor y el estar en un lugar tan atestado de gente me sofocaba, pero por suerte conozco desde hace un tiempo un lugar muy solitario por el cual pasar antes de irme de Wichtig e ir a mi casa en Mittler. Es una plaza donde a veces sólo hay algunos cuantos pájaros bebiendo de la fuente en la cual suelo observar las aguas serenas y calmosas. De camino a allí me asomé por una esquina y me sorprendí al ver que extrañamente había un chico de como unos 17 años sentándose en un rincón sacando un libro, su apariencia era algo serena y misteriosa pero al oírlo gritar se me erizó la piel y la cola, causándome a la vez un fuerte dolor de oído que duró por unos segundos en los que solté las bolsas y me llevé las manos directamente a cubrirlos, cuando me sentí mejor recogí mis cosas y caminé hacia él muy molesta con intenciones de reclamarle.

-¿¡Qué demonios te sucede como para gritar en media plaza!?, ¿No crees que es molestoso en un lugar así?-dijo la chica en un volumen neutral a pesar de estar enfadada, se quedó frente de él mirándole iracunda esperando alguna respuesta en defensa y/o una disculpa.

El chico casi salto al oír que alguien le regañaba. Pensó, por unos momentos, que se había equivocado de persona y que le hablaba a otro pero, sacando un poco los ojos de su libro, se dio cuenta que ella lo estaba miraba directamente, estaba bastante molesta, además. Suspiro un poco, se ajusto la capucha (para tapar mas su pelo) y escondió el libro detrás del.

-lo siento, señorita.... no sabía que había alguien por aquí con oídos sensibles-. Dijo rápidamente, mientras le dedicaba una sonrisa tierna. La estudio un poco, una gata... se veía tierna, lucho contra la tentación de tocarle su cola o sus orejas, tan peluditas.

-....si la molesto mucho, me voy-. Agrego con tono pasivo mientras se paraba. En ese momento pensaba más bien en como podría deshacerse de ella lo más rápido posible, (sin que nadie lo notara) el problema es que era un animal... ellos siempre son mucho más difíciles de engañar.

Entonces recordó que no podía tomar el libro y que como estaba, debería estar pareciendo más inteligente de lo que debería, así, rápidamente para fingir, se tropieza con una piedra y cae, no se queja pero ríe nervioso, simulando vergüenza.

Al oír la voz del chico disculpándose tan educadamente quedé algo sorprendida, honestamente aquel chico me parecía de lo más raro, se veía tan solitario como yo, pero aún así es capaz de sonreír sin más y de hablarme amablemente siendo realmente dócil y gentil conmigo, una desconocida que le acaba de regañar después de todo. Intenté decir algo pero simplemente no encontraba qué, así que para evitar sólo balbucear como una idiota me limité a observar, un tanto desconfiada, como reaccionaba, ya que me extrañó mucho el hecho de que se ocultó más en su capucha siendo que hay un radiante, pero a la vez sofocante sol en cielo.
Cuando dijo que se iba simplemente me corrí de su camino, después de todo no había razón para detenerlo, pero no dejé de posar mi vista en él. Siguió con su actitud de chico genial, pero bueno aquello sólo le duró hasta que se cayó de cara al piso después de haber tropezado aparentemente con una piedra. Suspiré y caminé tranquila hacia él.

-Juro que me odiaré por esto mañana- pensó la chica mientras se paraba frente a él nuevamente.

-Moo… Realmente eres un desastre, no tienes que ocultarlo- dijo la chica mientras le extendía su mano derecha, ofreciéndosela para ponerse de pie –Vamos, arriba-.

"Una buena chica, al parecer amable y simple, no ha estado con muchos esclavos ya que se sorprendió por lo dócil que había sonado"-Es la pequeña conclusión que llega Calt al ver sus reacciones, todo mientras esta en el suelo. Le toma la mano, sonriendo de oreja a oreja, mas por que consiguió engañarla que solo por que lo estaba ayudando, se para con su ayuda y se limpia.

-Arigato~..... pensé que me iba a dejar botado señorita gata~-. Se rasca nervioso la cabeza, ríe de nuevo y se asegura que su capucha no se allá corrido en la caída. Recién en ese momento se da cuenta que la chica llevaba muchas bolsas y agrega: -¿Quiere que le ayude con las bolsas?, tengo tiempo.... aunque se vea que puede cargarlas sola.- Se ríe- Me gustaría ayudarla por haberle lastimado los oidos~.

"Y que se aleje rápido de mis amos y de mi".-Agrego en su mente, si descubría que era un sirviente y que además robo algo de sus amos, lo mas seguro es que lo lancen a la cárcel o reciba un castigo horrible. le empieza a bajar la auto-estima pero de inmediato le sonríe, esperando su respuesta.

Después de que él tomó mi mano colocó una amplia sonrisa causando que me molestara un poco de nuevo, no comprendía como lo hacía tan despreocupadamente.
-¿Por qué colocar esas sonrisas si no tienen sentido?- pensó la chica mientras se soltaban de las manos, pero al oír aquel “Arigato” creyó haber comprendido la razón de porque lo hacía.

-E-Etto no fue nada- respondió un tanto nerviosa en un tono muy bajito, tanto que creyó que le fue incapaz de oírlo para el chico, algo que agradeció un poco.

-¿Pero qué demonios hago? Debería sólo volver y dejarlo tirado, después de todo eso mismo fue lo que él también pensó que haría… Rayos, me estoy ablandando-
Observé nuevamente como se ocultaba en su capucha, realmente estará ocultando algo… ¿Qué es tan malo como para ocultar su cabeza con la capucha?
Bueno, no es asunto mío, me disponía a irme hasta que me interrumpió su voz ofreciéndose para ayudarme con las bolsas, algo que me volvió a extrañar, ¿Cuánta confianza puede llegar a tener con la gente desconocida?

-B-Bueno… No es como si quiera o necesite tu ayuda… Pero si te ofreces como disculpa por lo de antes y tienes tiempo… Si puedes ayudarme– respondió desviando la mirada hacia el piso sin hacer contacto visual en ningún momento, pero no necesitaba verle para adivinar que aún debía seguir con esa estúpida sonrisa que llevaba cuando le preguntó lo anterior –Y por cierto, mi nombre es Mio, Mio Nanase, no me agrada que me llames “señorita gata”, no lo hagas más- agregó con un puchero y esa mirada un poco molesta, pero un tanto infantil que le solía caracterizar a veces.

Ya que había aceptado le entregué algunas bolsas, pero sólo fue la mitad de las que llevaba ya que me sentiría rara sin llevar nada en las manos, luego comencé a caminar en dirección a donde había dejado mi transporte mientras estaba de visita aquí, recordé que llegar a Mittler los dos juntos sólo en uno de los vehículos sería difícil, no por el largo trecho, sino que no estaba segura de poder conducir en él…

-¿Tienes algún vehículo?- preguntó la chica mientras paraba de caminar después de un muy corto trayecto –Olvidé mencionar que mi casa queda por las afueras de Mittler, tienes como llegar hasta allá, ¿Cierto?- volví a preguntar esperando la respuesta sin mirarle directamente aún.

No pudo escuchar lo primero que dijo la chica, pero realmente no le importaba; si pudiera, no escucharía nada de lo que dijera. Pero necesitaba fingir lo más que podía, así que rápidamente le respondió a lo que le dijo después:

-muchas gracias por dejarme ayudarla~-. Le dijo mientras ella desviaba la mirada, ¿por qué?, ¿se sentía incomoda?. La chica volvió a hablar molesta, lo que hizo que Calt se escondiera en sí mismo con un poco de miedo, obviamente fingiendo. Escucho el nombre de la gatita y de inmediato dejo de esconderse y le sonrió.

-pues.... el mío es calter~ - sonriendo nervioso-. Calter Switzer. Si desea me puede llamar solo Calt.-... recordando que todas las personas tienen un problema para pronunciar su nombre completo. -Y yo la llamare Mio, no se preocupe, no la volveré a llamar así...-. Agrego lo más amable que pudo.

Recibió las bolsas sin replicar y sin preguntar o decir algo más, la sigue cuando empezó a caminar, empieza a tararear un poco, despreocupado. Al llegar lo que al parecer era su vehículo, ella le pregunto si el tenía, en ese momento, se quedo medio bloqueado. "mierda, si sabe que no tengo vehículo comenzara a sospechar, ¡¡pero no puedo mentirle!!" piensa alarmado.

-no, lo siento.....-bajando la cabeza con tristeza- no tengo nada de eso.... señorita Mio, pero puedo ayudarla a subirlas, ¿no?- agrego rápidamente, empezando a sonreír de nuevo de apoco, en ese momento el viento se puso más fuerte.

Comienza de apoco a agarrarse la capucha, luchando con el viento que quería sacársela.

Así que Calter era su nombre… Era tan poco común como él, de alguna manera siento que aquel nombre le ajustaba perfecto. Pensé un momento aquello hasta que escuché nuevamente su voz, ahora respondiendo mi pregunta de manera negativa, y a la vez proponiéndome algo más. Volteé y observé que volvía a esconderse en su capucha que el viento le intentaba quitar, intenté ver que ocultaba bajo ella pero no encontré nada extraño, sólo un mínimo detalle de que uno de los mechones de su cabello que alcanzó a observar terminaba en un tono rojizo ¿Acaso era sólo eso lo que ocultaba?

-Ya veo, bueno, creo que las personas que viven en Wichtig no les es necesario tener uno- dijo pensando en voz alta, entonces en ese momento se le ocurrió una idea que le hizo avergonzarse un poco, creando un leve color carmesí en sus pómulos y continuó con la mirada nuevamente desviada de él –E-Entonces te veré hasta aquí- dijo mientras se apoyaba de espaldas en su transporte y jugaba con su flequillo algo largo, quitándolo de su vista, la cual estaba fijada en el despejado cielo veraniego sin ningún rastro de nube alguna, pero sólo duró unos segundos.

-¿Ves aquella bolsa de color verde manzana que llevas?- sin dejar de mirar al cielo no esperó respuesta alguna para seguir –Ahí hay un libro algo viejo, el autor es el mismo del que estabas leyendo antes… Puedes llevártelo- agregó y acto seguido bajó su mirada y le vio directamente a sus ojos de color carmesí, similar a los de ella –no es muy común, me costó bastante encontrarlo, lo busqué porque nunca leí el final, no pude ya que…-

Me costó continuar, por unos segundos unos flashbacks vinieron a mi mente, el dolor, el desastre, la sangre… Mi madre. Sacudí mi cabeza alejando aquellos pensamientos de mi mente y disimulé una pequeña lágrima que escapaba de mi ojo derecho, rascándolo suavemente como si algo más me hubiera molestado.

-Perdón, ¿De qué hablaba?- se apresuró en retomar –Cierto, el libro… Se extravió, así que cuento con que algún día me lo devuelvas, ¿Correcto?- preguntó intentando pasar desapercibida y volver a su actitud de siempre.

Escuché su grito inesperado, causándome de nuevo un mal estar de oído, me apresuré en colocarme los audífonos que traía alrededor del cuello e intenté escuchar alguna explicación del grito, aunque me cubrí los oídos con las manos y los auriculares, pude escuchar claramente como decía que aquello era más importante para mí y volvió a colocar esa idiota sonrisa…
Pero, cuando el viento quitó su capucha, sentí de alguna manera que la apariencia que había mostrado hasta ahora se quebró en diversos y pequeños fragmentos tal y como un espejo que fue golpeado incontables veces sin compasión.
Vi las bolsas caer al piso, como el ocultaba su rostro dándome la espalda y comenzaba a caminar lentamente en dirección contraria. Me sorprendí bastante al ver que con quién había estado hablando era un humano, no tenía rastro alguno de un rasgo animal, no vi ninguna cola, algunas orejas, nada… Un humano, un asqueroso humano como lo es mi cobarde padre…

-No… No estoy segura, pero… Es diferente…- pensó la chica mientras comenzaba a caminar rápidamente detrás del chico, soltó las bolsas que llevaba junto con las otras que él había abandonado anteriormente y se permitió una pequeña risita para sí misma.

-Realmente me odiare mañana por esto- susurró mientras le colocaba nuevamente la capucha cubriendo su cabello aún desde detrás de él –Si serás idiota- comentó mientras le rodeaba y quedaba frente a él nuevamente.

Al ver que en su rostro habían lágrimas me sorprendí, no tenía ni la menor idea de que hacer, ya que recién lo conozco y solo vi su estúpida sonrisa desde el primer momento…

-S-Si es tan importante para ti… Puedo fingir no haber visto nada- mencionó apenas, sentía mucha vergüenza al mostrarse tan débil y amable –Pero, Sonríe… Sin esa estúpida sonrisa que colocas no puedo saber con certeza si realmente eres el mismo idiota gritón de hace un rato… Así que…- acerca sus manos a su rostro y coloca un dedo índice en cada una de sus comisuras para separarlas formando una sonrisa un tanto retorcida en el rostro del chico –Sonríe- repite mientras ella misma se permitió sonreír después de mucho tiempo.

Me pidió que lo dejara, pero no me sentía segura hasta que vi, un tanto aliviada, que las lágrimas eran menos. Intentó devolverme la sonrisa, pero parecía que realmente estaba peor de lo que pensaba. Cuando me di cuenta que él me había tomado de las manos y las había separado su rostro me sentí algo avergonzada, ya que me miraba directamente a los ojos y seguía sin soltarme.
Pero cuando me soltó me sentí aún más incómoda y avergonzada ya que este pasó de tomar mis manos a abrazarme inesperadamente.

-E-Espera…- pidió en un tono bajo, el cual al parecer no escuchó ya que el chico siguió abrazándole sin mover músculo alguno.

El color carmesí se volvió a asomar por mi rostro y comenzó a acelerar mi pulso, no había tenido contacto ni tampoco una muestra de afecto similar desde hace ya años, se sentía tan cálido y reconfortante que me sentí mejor, como si me quitaran parte de un peso que había cargado desde que tenía memoria, estaba a punto de corresponderle pero me detuve cuando vino a mi mente un recuerdo…
¿Por qué tienes que ser humano? El humano que ha alcanzado mi otro yo…
“¡No cometas mi error!” Recuerdo que me advirtió mamá una vez. No puedo ser así con un humano, no debo encariñarme con un humano… ¿Porqué tienes que ser tú un humano?

-D-Detente, por fa…- susurró la chica nuevamente casi imposible de oír, pero se detuvo al escuchar que Calter volvió a romper en llanto y sintió una gran culpa por no poder hacer nada, finalmente después de todo el tiempo en el que este la abrazaba, le correspondió lentamente esperando que su llanto disminuyera –No puedo hacer nada más…- dijo mientras se aferraba fuertemente con las manos en su chaqueta.

Después de que comenzó a romper el abrazo lentamente me comencé a relajar un poco, con algo de esfuerzo miré su rostro, y observé como ahora había una sonrisa diferente en él, ahora realmente parecía… Feliz. Se disculpó ocultando su rostro al parecer avergonzado y me llamó sólo por mi nombre, sin su repetitivo “señorita”. Me volví a sentir extraña y escondí de nuevo mi mirada, evitando la suya por si acaso la levantaba, pero antes de ello alcancé a ver que al parecer no era la única que se sentía algo incómoda y tenía coloradas todas las mejillas.

Por más de un segundo creí que me moriría en medio del silencio, pero creo que hubiera preferido seguir así que oír lo que me dijo. Retomó el tema anterior preguntando sobre el libro. Sentí mi sangre congelarse en mis venas y me invadieron unas ganas de huir, huir para no tener que seguir enfrentando esta situación. Pero él ahora me tenía sujeta con sus manos en mis hombros, de manera que no podía escapar.

-¿No recuerdas?... Y-Ya te lo había dicho, ¿No?- preguntó intentando que no le temblara la voz, pero apenas casi lo consigue –Se me extravió antes de poder leerlo, está perdido, idiota- escondió la verdad nuevamente y sonrió algo nerviosa sin hacer contacto visual esperando que con aquello se lo creyera, se sentía mal al mentirle siendo que él recién lloraba abrazándola tan sinceramente, pero no… No era capaz de decirlo… Nunca lo haría sin importar quién se lo preguntara… Debía salir de esto.

-Este estúpido humano me revuelve los pensamientos…- pensó antes de dar una excusa para irse -M-Me debo ir de vuelta a casa- cambió el tema intentando que Calter le soltara.

-¿Por qué de todas, tratas de tocar “esa” herida? Aún no estoy lista para decirlo… Aún no creo ni siquiera estar cerca de estarlo- pensó mientras que él se disculpaba, sintió una risita y se sintió culpable ya que parecía como si realmente sufriera por dentro.

Ya me encontraba libre y él mismo me dijo que me fuera, ya podía irme sin mirar atrás y olvidar este día… Pero aún sentía que algo me retenía, algo me decía que no lo podía dejar así, aún no estaba del todo libre. Calter volvió a ser como antes, voz alegre pero fría. “Como quieras, vete…” Realmente no quiero, por primera vez no quiero volver a al agujero que llamo hogar, dónde supuestamente me encontraba a gusto. “… Siento por haberla molestado…” Realmente no lo hiciste, aunque seas un humano, no te odio aunque debiera… ¿¡Por qué demonios no puedo odiarte!?

-Es gracioso pero, de alguna manera en lugar de odiarte por ser humano… Me he empezado a odiar a mi misma- piensa mientras suspira, baja la mirada e intenta ocultar sus ojos con su flequillo.

-¿C-Cuando crees que nos volvamos a ver?- pregunta con voz quebradiza mientras intenta aguantar los deseos de llorar –P-Porque… Nos volveremos a ver, ¿Cierto?- pregunta nuevamente pero ahora se habían escapado inevitablemente un par de lágrimas de sus ojos y observó perfectamente como llegaban al suelo –S-Si no quieres… Comprenderé…- se coloca de nuevo los audífonos alrededor del cuello y bajó sus orejas algo triste, rió ocultando las lágrimas y caminó por su lado sin levantar la mirada, no se atrevía a mirarle –Adiós Calter…-

Me sorprendí cuando me detuvo y no pude evitar llorar más cuando dijo mi nombre de nuevo. Me pide sonreír y me quita mi cabello de mi rostro dejándome ver nuevamente su sincera sonrisa, después sentí que tocaba mis orejas y al instante me recorrió un escalofrío y me sonroje a más no poder, odio estar tan indefensa ante alguien, tenía lágrimas en los ojos y las mejillas coloradas mientras que para peor estaba tocando mi punto débil, donde no dejo que nadie se acerque.

-¡D-Debo alejarlo un poco!... Pe-Pero… ¿¡P-Por qué no reacciono!?- piensa mientras que Calter terminaba de colocar sus orejas como antes y al oír su risa se vuelve más sumisa y asustadiza. Pero cuando mencionó lo de su rostro susurrándole dulcemente y le secó las lágrimas no pudo soportarlo más.

-¿¡Eh…!?- fue lo único que pudo pronunciar en ese momento. Intentó ocultar su rostro detrás de sus manos completamente avergonzada, se sentía muy indefensa frente a su mirada y a esa sonrisa honesta que tenía ahora junto con su tono dulce de voz. –¡N-No digas eso…!– dice casi ordenándole, mientras intenta quitar todo rastro de que estaba llorando con sus propias mangas –A-Además… No estaba llorando, s-solo fue algo en mi ojo-

Aunque realmente me sentía feliz, era una sensación muy agradable, como si en verdad le importara, por lo que intenté no preocuparle, eso era lo último que quería… Así que sonreí sinceramente, sin trucos ni nada ya que no los necesitaba, realmente después de mucho tiempo me sentía… Feliz.

-¿Lo ves? No pasa nada-.

La noche estaba por caer, pero no tomé en cuenta ese detalle, después de todo no había nadie que me espere en casa. Miré un tanto curiosa y nerviosa (por lo de antes) como Calter corría, mientras sólo caminaba detrás de él. No pude responder ninguna de las dos preguntas, pero estaba más preocupada por el hecho de que de un momento a otro Calter se alteró completamente.

No pude evitar quedar un poco confundida cuando Calter se disculpó, volteó de nuevo y mencionó a sus “amos”. Si no mal recuerdo en Welt tier sólo hay 2 clases que pertenecen a un amo, estas son la de mascota (la cual obviamente no es por ser humano) y la otra es…

-¿Eres un… Esclavo?- preguntó directamente un poco nerviosa por como pudiera reaccionar, asimilar que él era un esclavo se le hizo un poco difícil, pero por lo que acababa de oír sólo eso podía ser. Pensó entonces que quizás no podrían volver a verse como ella esperaba -¿Por qué no me lo dijiste?-. Sintió que le dolía un poco el pecho, al recordar que mencionó que le castigarían, era como si contuviera una angustia -Espera un momento… ¿Te castigarán?- preguntó intentando no preocuparse mucho, pero no pudo evitar sentirse mal si lo lastimaban por su culpa. Camina hacia Calter y se agarra de su chaqueta por detrás, sus manos temblaban, no quería que nadie más sufriera por su culpa –N-No te harán daño… ¿Cierto?- pregunta con voz apagada, en un intento de reprimir los malos recuerdos y sonreír como él se lo había pedido, aunque ahora desde detrás suyo no pudiese verla -¿No te haran daño por... mi culpa?-.

Le escuché un poco confusa, no sabía lo que estaba haciendo, ni tampoco porque me preocupaba por él… Tampoco sabía si él simplemente no quería preocuparme o si era verdad lo que decía.

-P-Pero…- intentó refutar a lo que decía, pero él le cambió el tema. Se sintió un poco avergonzada cuando dijo que intentaría escapar para volver a verla, tampoco comprendía porque él era así de amable con ella -V-Vivo por las afueras de Mittler… Y trabajo e-en el restaurante “Golden Night” de Hohiet…- respondió un poco apenada, nunca le había dado ningún dato a nadie. Siente como le acaricia las orejas de nuevo, causándole un escalofrío igual que antes, se sonrojó y cerró los ojos intentando resistir su instinto pero le fue inevitable, desenrolló su cola de su cintura y la levantó sutilmente con la punta curveada en señal de felicidad, mientras que este le prometía volver a verla.

Me habló sobre una pulsera de su primer amo mientras que a la vez me la mostró. Soltó mis orejas y tomó mi mano derecha para colocármela, lo dejé nada más mientras miraba curiosa el lobo de la pulsera, no tenía nada en contra de los cánidos, por lo que realmente me gustó.

-Claro…- responde a secas a su última pregunta, sin despegar su mirada de la pulsera ahora meneando ligeramente su cola en la punta algo interesada, hasta que siente que Calter le besa en la mejilla y esta se queda congelada igual que Mio al tomarla de sorpresa, siente que se sonroja a más no poder -¿Q-Qué fue e-eso?- se pregunta mientras mira callada como Calter se voltea y despide, intentó sólo olvidarlo, pero de alguna manera no podía, hasta que recordó algo.

Recordó que le faltaba algo que hacer, por lo que fue hacia las bolsas de sus compras y sacó el libro del que habían hablado, se apresuró en alcanzarlo y lo detuvo sujetándolo de su chaqueta –Idiota…- le llama mientras que le entrega el libro sin poder mirarle aún a los ojos –Dar y recibir, ¿No?- pregunta mientras que mira en cualquier dirección sin querer cruzarse con la mirada de Calter aún –Además, no quiero volver a escuchar que robaste algún otro libro, ahora tendrás el mío y espero que lo cuides bien, ¿De acuerdo?- volvió a enrollar su cola como siempre, recordando que la había dejado libre sin querer y fijó su vista en el libro –Cuando nos volvamos a encontrar… Espero estar lista para poder decir más cosas de mí y no me molestaría saber algo sobre ti…-

-Y espero ser capaz de leer el final del libro- pensó causando una sonrisa en sus labios mientras que se iba con algo de prisa de vuelta a su transporte y se despedía, ahora no diría “adiós” sino… -Nos vemos, Calt-

No quiero hazlo tu, además me quedó muy largo -.-U