Comiendo algo de paso [Libre]

Necesitaba salir a caminar y alejarse de esa enorme casa, tomar aire fresco fuera y lejos de todo lo que siempre le había rodeado además de que nadie iba a cocinar ahí y tenía que comer algo pronto. Su estómago comenzaba a doler y rugir. Caminaba por las calles con las manos en los bolsillos, estaba algo fresco y, por desgracia sus manos eran lo que siempre se enfriaban más rápido.

Daba pasos lentos y distraídos rodando los ojos por todos lados detrás de esos cristales de sus anteojos, era algo molesto porque siempre que sus ojos se salían de estos cristales su vista se nublaba. Rayos. Sopló una brisa fría su nariz le ardió, estornudó. Siguió caminando acercándose lentamente al restaurante.

-Qué frío-Murmuró para sí, su voz se escuchaba extraña, parecía tener la nariz tapada o algo así. Odiaba que le pase eso hacía que su voz se escuche mal y rara. Siguió caminando y finalmente llegó al restaurante. Entró y rápidamente lo atendieron, lo llevaron a una mesa justo al lado de una ventana; le dieron el menú y sólo pidió verduras.

Esperó sentado allí viendo por la ventana, estaba algo aburrido; la rutina era muy cargosa para él, quería que pasara algo. Sólo esperó viendo distraído por la ventana.

Sentada ahí en una mesa esperaba que su comida llegara, últimamente la atención en el Golden Night estaba más lenta de lo normal. Suspiró viendo a la puerta, mucha gente entraba allí; gente que conocía de años pero que no le hablaba, otra gente que había visto por ahí. Al final conocía a toda la gente que entraba por esa puerta pero casi nadie le caía bien o con casi nadie hablaba bien.

Agudizó sus ojos al ver a un chico rubio alto entrar por la puerta. Recordaba bien a ese chico; lo había visto y había jugado con él cuando eran pequeños y había tenido una conversación últimamente. Era uno de los descendientes directos; uno de los roedores. Lo siguió con sus ojos y se sentó un par de mesas más allá de donde estaba ella. Se sentía aburrida y podía cambiar su día ahí. Se levantó y fue hacia la mesa del chico.

-¡Hola!-Saludó alegre al chico sin más ni más.-¿Te acuerdas de mi?-Preguntó con una sonrisa. Pidió sentarse y sin esperar respuesta sólo lo hizo. Miró y esperó respuesta de la primera pregunta. Aún estaba recordando el nombre del chico, lo único que sabía era que su apellido era Mind. Siguió esperando.

La brisa soplaba por entre los árboles moviendo las ramas. Algunas hojas se desprendían y caían al suelo, otras sólo salían volando lejos. Habían pequeñas ardillas en el jardín del restaurante. La gente que estaba en el ambiente de afuera hablaban y reían como si no tuviesen otra cosa que hacer; otros sólo comían viendo despreocupados el plato.

Sopló hacia arriba haciendo volar un par de mechones de su frente. Estaba algo cansado y distraído, tanto que no notó que la comida estaba tardando un poco más de lo usual; o que alguien lo había estado mirando desde que llegó al lugar o que ese alguien se había acercado a él. Despertó al escuchar que alguien lo saludaba. Cuando volteó había una chica sentada justo al frente de él en su mesa.

No sabía si había preguntado si podía sentarse porque sinceramente no escuchó. Vio a la chica de arriba abajo hasta donde le permitía ver la mesa-No creo, pero me parece haberte visto en algún otro lugar...-Observó su rostro con más atención, esos ojos cristalinos los conocía bien y si no fuera por ellos su fallida memoria no habría funcionado.

-...Espera. ¿No eres Dash, Dasha Ivanova?-Preguntó, su mente se había iluminado finalmente y logró recordar pero aún esperaba la confirmación por parte de la chica.

En lo que el chico recordaba ella misma hizo lo mismo. Intentó recordar el nombre de ese chico, su memoria no estaba tan fresca pero trató, volvió atrás en su memoria hasta cuando era pequeña y jugaba con los pequeños hijos de los colegas de su padre, cada que tenía que asistir a esas reuiniones de líderes; ahí recordó a un pequeño conejo que vio en una de esas reuniones, sentado solo mientras todos los demás jugaban a su alrededor. Ella, como siempre de impulsiva. Sólo fue a saludar y ahí lo conoció.

-Shane Mind-Murmuró entre dentro de su boca mientras sonreía.

-Sí me recuerdas, hace meses que no te había visto. Bunny-Lo llamó, justo como había hecho desde que lo vio ese día. Vio al mesero que la estaba atendiendo que la buscaba y levantó la mano para que fuera hacia la otra mesa donde se había sentado ahora. Su plato era digno de un hambriento, un gran pedazo de carne termino medio, y unas cuantas verduras al lado. Vino otro mesero, que estaba atendiendo a Shane supuso, y dejó un plato de ensalada en la mesa.

-¿Sólo eso?-Se sintió algo avergonzada de sí misma por la inmensidad de comida que ella iba a comer, pero qué podía hacer era un felino y necesitaba raciones de comida así de grandes por su bien. Tomó un primer bocado y acabó de pasarlo-No pensé encontrarte en un lugar así. Pensé que no te gustaban los lugares con mucha gente-

Bunny, hace mucho que no lo llamaban de esa forma; a decir verdad lo extrañaba un poco y aunque no quisiera admitirlo extrañaba oírlo viniendo de esa voz. Desde ese antiguo entonces y luego de ser llamado así por Dasha todo el tiempo comenzó a ser llamado así por su hermano y por ella misma.

Vio venir al uno de los meseros con un plato de carne, por poco olvida que su amiga era una pantera. Le desagradaba un poco ver carne pero en éste caso podía aguantar porque la carne no estaba cruda. Llegó su plato y escuchó el comentario de Dasha-Sí, mi estómago es pequeño y además que no puedo tolerar la carne-

Llegó su plato. Un poco de lechuga, zanahoria picada a un lado y muchas semillas de girasol. El plato ideal para cualquier roedor, sea conejo como él o sea lo que fuere. Levantó la vista hacia Dasha, casi no había cambiado en nada, su cabello continuaba siendo largo y rojo, sus ojos cristalinos, su piel blanca. Se llevó un poco de lechuga a la boca y acabó de masticarla.

-Así era pero supongo que me he visto obligado a cambiar esa parte de mí-Asintió con la cabeza. Continuó comiendo la lechuga mezclada con zanahorias.-Por otro lado, veo que tú no has cambiado mucho-Sonrió de medio lado, algo que sólo hacía con su hermano; al parecer estar frente a alguien con quien convivía en su niñez comenzaba a sacar ese lado suyo.

-Dime, te siguen conociendo como Dash-Preguntó. Ese era el apodo con que él la llamó. Era como un "apodo por apodo", ella le dio el de Bunny y él le dio el de Dash. Probó las semillas de girasol, estaban deliciosas. Movió sus orejas un poco y sintió como sus mejillas se calentaban; adoraba las semillas y más las que servían en ese restaurante.

Estaba concentrada en el pedazo de carne que tenía en frente pero aún así logró escuchar lo que dijo Shane. Movió sus orejas-Me dicen lo mismo, que sigo igual que siempre-Sonrió llevándose un gran trozo de carne a la boca. Debía controlar sus instintos animales cuando estaba comiendo en un lugar público; normalmente ella hubiera desgarrado salvajemente ese pedazo de carne pero no, tenía que comer con educación y más si estaba acompañada de alguien más. Desgarró pedazo por pedazo con sus afilados colmillos el enorme trozo de carne que tenía en el tenedor.

-"Creo que el poder no cambia demasiado a la gente que tiene fuerza de voluntad"-Salió un comentario aleatorio en su mente que decidió dejar guardado para ella. No era de tanta importancia pero era lo que pensaba acerca de eso. Cortó un segundo pedazo y, como el primero, lo comenzó a desgarrar parte por parte.

-Y sí, algunos me dicen Dasha pero otros... Como que no les gustan las formalidades entre colegas-Lo último dicho con el más claro sarcasmo; ahí nadie era colega de nadie suerte era que se llevaran bien entre todos; algunos hasta aparentaban buena amistad para mostrar a la sociedad. Odiaba eso y estaba más que segura de que nadie la quería siendo la cabeza de los líderes del mundo.

-Cambiando de tema...-Mordió otro pedazo de su carne, lo masticó y lo tragó-...Me alegra mucho encontrarte otra vez, hacía mucho que no veía a un amigo-La nostalgia se hizo presente en su voz cuando decía lo que dijo; a parte de su hermano y su "niñero" no tenía a nadie más cerca de ella; todos eran como el enemigo con calidad de aliado, se comportaban bien con ella nada más por quedar bien y verse bien. Ella odiaba eso. Sus ojos decayeron hacia la mesa y un leve suspiro se escapó de sus labios.

La gente pasaba por su lado algunos saludaban a Dasha otros lo saludaban a él. Gente que no había visto nunca lo saludaba como si ya lo conocieran de años. No le gustaba mucho esa parte de la gente, sólo lo saludaban por ser uno de los Royalty, si hubiese sido cualquier otra persona sería como si no existiera. Dejó salir un largo suspiro.

-Colegas...-Cargó un poco de desprecio en esa palabra. En todo lo que iba de vida en el Royalty sólo tenía colegas de imagen, que estaban ahí para figurar ante la sociedad y nada más, nada más tenía una sola amiga que era la persona que estaba sentada frente a él comiéndose un gran trozo de carne. Rió un poco al verla tan concentrada en eso y sólo siguió comiendo su ensalada junto con las semillas.

-Lo mismo digo. Y, supongo que te ha ido bien últimamente-Vio cómo Dasha movía las orejas, se veía que estaba muy feliz con su comida. Su oreja derecha se dobló. Las orejas pequeñas y oscuras de pantera de Dasha eran mejores y más serias que las blancas de conejo que él tenía en su cabeza; subió su mano y sostuvo su oreja derecha bajando la punta hasta su mejilla. Estaba distraído jugando con su oreja.

-Disculpa-Llevó su mano hasta una de las orejas de Dasha, estaba suave tal y como estuvo la primera vez que la vio. Sonrió levemente.

Estaba feliz con su pedazo de carne, siempre que iba a ese restaurante la carne era exquisita. Si pudiera se transformaría en pantera para comerla rápido pero no podría saborear bien la carne además de que la echarían de allí en un segundo.

-Pues no me quejo, aunque el trabajo de líder es algo complicado-Se dio unos segundos para pensar. Ella tenía madera para ser la líder de los líderes, valga la redundancia, de Welt Tier pero era un trabajo de 24 horas que consumía la mayor parte de su tiempo. No era que ella no quisiera el trabajo además de que era la punta de la pirámide y no había nadie más arriba de ella para controlarlo todo y ella aún no quería elegir a nadie pero necesitaba unas vacaciones.

Volvió a concentrarse en su carne, ya le quedaba muy poca y gracias a eso sólo mordisqueó el último pedacito y se terminó su plato.

Oyó el "Disculpa" de Shane-¿Qué sucede?-Limpiándose la boca con la servilleta, de un momento a otro sintió que alguien tocaba su oreja, un escalofrío le subió por la espalda y de un respingo se volteó a ver a Shane. Él estaba agarrando su oreja y una de las de él mismo. Miró detenidamente a los ojos de Shane. Sus mejillas se colorearon e involuntariamente comenzó a ronronear, normalmente nadie le tocaba las orejas así, no estaba acostumbrada a esas cosas.

-Deberías tomarte unas vacaciones...-Dejó pasar ese comentario perdiéndose totalmente en la suavidad de las orejas de pantera de Dasha.

Estaba distraído, como en su plato ya casi ni había nada no se preocupó por terminarlo. Se perdió un poco en las orejas de su amiga; tanto que ni siquiera se daba cuenta de que ésta comenzó a ronronear y se estaba sonrojando. De pronto en camarero que lo estaba atendiendo rompió su linea de concentración cuando recogió su plato haciendo que se de cuenta de lo incómoda que podría estar haciendo sentir a Dasha porque esta lo miraba fijamente.

Alejó rápidamente su mano y soltó su propia oreja que se irguió junto con la otra, se puso rígido en su silla y bajó la cabeza. Estaba algo avergonzado por lo recién sucedido, escuchó cómo el mesero que atendía a Dasha levantó su plato haciendo sonar un poco los cubiertos. Respiró hondo

-Discúlpame, en serio. No quise...-Se cortó, era mejor que ni intente hablar en ese momento o se le iba a enredar la lengua por completo. Suspiró relajando el cuerpo, apoyó un codo en la mesa y descansó su mentón sobre su mano; se volteó a la ventana, el sol todavía estaba en su auge de las doce del día para su suerte no le llegaba ni el calor ni los rayos. No quería voltearse, sentía vergüenza por lo sucedido; por hacerse perdido en el infinito.

No sabía si debía estar agradecida o enfadada con el camarero que vino a recoger el plato de Shane; se sentía bien pero extraño al mismo tiempo. Su débil sistema nervioso se desmoronó e intentó levantarlo otra vez en los pocos segundos en que ambos camareros recogieron sus cosas. Cuando se llevaron ambos platos en ambiente quedó extraño, algo incómodo y justo como ella detestaba.

Respiró un par de veces y sólo sonrió otra vez con despreocupación dejando atrás rápidamente ese extraño momento; ella era adaptable a todo tipo de situación y esa no sería la excepción.

-Descuida, no eres el primero aunque normalmente son humanos los que se impresionan por las orejas de animales o las colas-Normalmente, los pocos humanos que convivían con ella en el Hohiet se admiraban por esos rasgos de animales; los más pequeños eran los más propensos a exaltarse y los que más le pedían por favor tocar o sus orejas o su cola aunque ésta última era jalada dolorosamente por los bebés.

-Es divertido ver esas reacciones...-murmuró riéndose un poco-Y dime qué hay de ti, cómo te ha ido últimamente-Puso su mano en la cabeza de Shane desordenando el cabello del conejo para alivianar un poco el ambiente de incomodidad que parecía estar sintiendo él.

Se tranquilizó un poco respirando hondo, haber perdido el control de sí mismo de esa manera no le gustó para nada; él no era así de impulsivo pero algo descontroló su cabeza. En fin, no iba a quedarse tan vulnerable pensando en eso. Relajó sus músculos mientras oía lo que decía Dasha.

-La verdad es que sí, los humanos se sorprende mucho por nuestros rasgos animales-Murmuró sonriendo un poco. Recordaba unas cuantas malas experiencias por las repentinas reacciones humanas; le habían jalado la cola y sus orejas un par de veces. Dolía mucho y más cuando lo hacían de repente. El ambiente comenzaba a enfriarse y relajarse.

-Mi vida ha ido bien, no tengo mucho de qué quejarme-Sintió la mano de su amiga en su cabeza, justo entre sus orejas. Ni bien lo sintió bajó sus orejas hacia ambos lados de su cabeza. Su punto débil era su cabeza por lo que no dejaba que la toquen fácilmente a menos que fuese su hermano o, en este nuevo caso, Dasha.-Supongo que seguirás viviendo en el mismo lugar del Royal Site-

Se volvió a sentar del todo en su silla. Escuchó mencionar su casa, una vez se cambiaron de casa nunca se mudó de allí, sólo hizo unas cuantas ampliaciones y remodelaciones a la pequeña casa que nació en ese lugar del Royal Site, todo por su comodidad y la de su familia.

-Sí, por ahora y en mucho tiempo no quiero cambiarme de casa-Su vida era lo suficientemente compleja como para acomplejarse más con el cambio de vivienda además que en el Royal Site el espacio para las casas nuevas era bastante reducido por que el terreno de las demás eran muy grandes.

Levantó la mano para que su mesero le trajera la cuenta, vino y ella ya tenía el dinero en la mano, sabía perfectamente el precio del plato que siempre comía no era muy caro a su parecer. Le dio el dinero justo al mesero para no tener que esperar el cambio-Deberías pasarte por mi casa alguna vez-Invitó casualmente a Shane sonriendo.

-Tengo cosas que hacer durante toda esta semana-Escuchó la invitación y en un momento escudriñó los planes que tenía. Que aburrida era la vida sin un momento de descanso, sería para otra ocasión que aceptaría la invitación de Dasha.

-Supongo que Será en otra ocasión -Quisiera ir a la casa de su amiga pero no tenía tiempo. Se puso algo triste por eso.

Su mesero llegó después que el de Dasha con su cuenta, no era mucho como siempre, de una pequeña ensalada. Pagó lo suyo y el mesero luego se alejó con una sonrisa tradicional de los trabajadores de ese lugar. Vio la mirada perdida de Dasha hacia la ventana; en verdad no había cambiado mucho desde como la recordaba en su niñez.

Más tranquilo se levantó y vio a Dasha-Supongo que tengo que irme ya...-Guardó sus billetera de vuelta al bolsillo, vio en la mesa para revisar que no se olvidaba de nada.-...Fue un gusto enorme volver a verte-Le sonrió dándole un abrazo para despedirse.

-El trabajo no da cabida para descansar-Volteó sus ojos grises de vuelta hacia Shane y sonrió con pereza. Le alegraba mucho volver a ver a su amigo.

Era tan divertido quizá más de como ella lo recordaba de antes. Desde las reacciones de él, sus expresiones hasta esas grandes orejas de conejo que doblaba de vez en cuando; se estaba divirtiendo tanto que su cola comenzó a moverse como la de un cachorro. Una vez todo hecho se levantó de la mesa, arregló su corbata y se ajustó su saco.

-Para mí fue un gusto más grande-se rió y aceptó el abrazo devolviendo uno más fuerte, su cola se movía como la de un pequeño perro. Estaba emocionada.

Ambos salieron del restaurante, ella tomó un camino y Shane otro despidiéndose por última vez. Caminó lentamente en dirección a su casa, aún estaba emocionada y muy feliz de volver a ver a su amigo. Respiró hondo apresurando más el paso hacia su casa.
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ROL FINALIZADO