De camino a la librería [Priv. Regulus]

Aquella chica de extraño cabello sabía que llegaba tarde. Se había tardado demásiado en salir del trabajo, y, para añadir, se había distraído por el camino. Se notaba desde lejos la preocupación de ésta, tal vez por las prisas que llevaba o porque no paraba de mirar su reloj. La última vez que miró su reloj solo quedaban 5 minutos y la librería de Mittler en la que había salido un nuevo libro que deseaba cerraría hasta el día siguiente. No pudo más que reprimir para sí la tentación de esperar hasta mañana y apretar el paso.
''Tengo que leerlo, necesito hacerlo''
Se repetía la muchacha en su mente constantemente para contradecir las ganas de parar a descansar. La gente pasaba a su alrededor a una velocidad vertiginosa pero para ella apenas le era notorio esto.
En la ciudad en la que residía, Wichtig, las tiendas habían dado ya su hora de queda, por lo tanto no había ni una por la que entrar a comprar su ''necesitada lectura'', razón por la que ahora se encontraba en Mittler corriendo hacia la librería de esta ciudad.
Lástimosamente tardó más de lo que creía y se encontró parada ante una gran puerta cerrada. Suspiró lánguidamente ante su evidente fracaso.
-Supongo que tendré que esperar, después de todo no se puede hacer todo a la vez....- murmuró con una cansada sonrisa mientras se encogía de hombros.
Cogió los auriculares que tenía dentro de su bolsillo y se puso a escuchar música, todavía no tenía muchas ganas de volver a su casa, por lo tanto decidió dar un rodeo para observar mejor aquella ciudad, ésta vez con más detenimiento.
Nada más apartar su campo de visión de la puerta de la librería, chocó contra algo.

Regulus adoraba los días que su trabajo le permitía una noche libre y siempre sabía apreciarlos, pero ese no había sido uno. Había trabajado durante todo el día y regresaba a su casa para tomar un merecido descanso. Aunque muy bien sabía, que ello era lo menos que deseaba hacer. La verdad su trabajo era más bien insulso, no obstante una persona como el, increíblemente paciente, necesitaba tomarse vacaciones de “los de arriba” Le llenaban el bolsillo de propinas, si encontraba uno que además de charlatán no fuera tacaño, pero las cosas que debía escuchar muchas veces le daban gracia y no podía evitar el reírse. Y eso, era un problema- Son tan serios, me aburren -Siempre tomaban sus risas de mala manera- Si dicen algo gracioso, lo normal es que te rías, ¿no? -Por supuesto debía tomar el en cuenta que, rara vez, interpretaba palabra o términos correctamente, e incluso los insultos perdían su fuera ante el.

Su monologo con el mismo se detuvo en el momento que escuchó un fuerte sonido proveniente de…Algún lado de la vuelta de la esquina. Dejó sus ideas a un lado, un instante, y se apresuró hasta el lugar. Y cual sería su expresión cuando observó que a tan sólo unos pasos de ese aburrido lugar donde se compraban libros, había una mujer que había chocado contra nada más y nada menos que, un gran cartel que anunciaba una pronta inauguración, calculó el de un edificio igual de aburrido que el anterior. Pero eso no era todo, dejo escapar una sonora risa cuando reconoció que días atrás, el mismo había atropellado esa cosa- ¡Habría que ser idiota para no ver semejante cartel! -Así mismo se lo había dicho uno de los tantos que estaban restaurando el lugar. Y así mismo era, o ¿quizás la joven estuviera distraída?- ¿Estas bien? ¿Te lastimaste? -Sin evitar que una media sonrisa asomara es su semblante extendió una mano hacia ella- Te ayudo a levantarte

Cerró los ojos con fuerza ante el impacto en su frente y cayó al suelo, sintiendo así, un doble dolor. Se llevó las dos manos a su frente, siempre había sido un tanto patosa, abrió los ojos y suspiró. Se notaba que no se había dado cuenta de que la gente la miraba, pero poco duró eso.

Los auriculares que momentos antes llevaba en las orejas se habían caído, por lo que pudo escuchar perfectamente una risa procedente de un muchacho al frente suyo. En tan solo cuestión de segundos una gran vergüenza inundó a la chica, sonrojando sus mejillas. Asimismo logró percatarse de que la gente todavía la observaba.

Colocó sus ojos en el chico de en frente. Quería contestar a lo que había dicho, pero lo único que consiguió fue que agachara más la vista hacia la acera.

-No, no me lastime....- su voz era un susurro casi inaudible.

Observó la mano que le tendía, una tímida sonrisa se dibujó en su rostro. Levantó su mano del suelo para coger la del joven y comenzó a levantarse.

-Muchas gracias.- su tono seguía igual, pero esta vez intentó que se escuchara más fuerte.

Recordó que quería visitar los alrededores, quizá aquel desconocido que le había ayudado fuera de la ciudad. Abrió la boca para articular palabra, mas sus ojos intentaban evitar contacto con los del joven, tampoco era porque quisiera, todo era obra de su actitud introvertida.

- Di-dime... ¿vives aquí?.- por fin logró su propósito de que se la entendiera correctamente, difícilmente al principio, pero lo consiguió.

Miró detenidamente al joven sin expresión alguna. Parecía amable sin embargo los nervios y la vergüenza que había pasado actuaban por ella, dando la sensación de que en cualquier momento se esfumaría corriendo de allí. Mittler... su infancia prácticamente había consistido en el orfanato de la ciudad, no había salido mucho de aquel lugar, por lo que apenas sabía de los lugares, a pesar de haber estado tanto tiempo residiendo allí. Esbozó una tímida sonrisa.

-P-pues en realidad... vivía aquí de pequeña, pero no conozco m-muchos lugares....- respondió, su forma de hablar se iba haciendo más suelta y aquello la hacía feliz.- Me llamo Miki.- prosiguió sin complicaciones. Siguió observando al joven que se había presentado como Regulus, el cual no paraba de sugerir cosas, ella se había quedado callada casi sin darse cuenta. Consiguió percatarse de que la sujetaba todavía con la mano, su rostro enrojeció, no estaba todavía acostumbrada al trato de personas, a pesar de que su trabajo le contradecía esto.

-Me gusta la naturaleza... así que cualquier lugar así estaría bien.- nunca había tenido un guía por lo que pronto se vio cortada.- ¡Aunque cualquier lugar estaría bien!.- A su alrededor se expandían innumerables tiendas de diferentes variedades que todavía no habían cerrado, se vio cautivada.- Vaya... y pensar que me perdí todas estas cosas de pequeña.- se quedó mirando los escaparates mientras seguía caminando. -¡Oh!, siento despistarme... es que dirijo una tienda en Wichtig y... y bueno....- se calló de golpe al no saber que más decir.